Ringo y yo


Hoy caminábamos por la calle con Julia cuando vimos un cartel de The Shouts, lo que derivó, por supuesto, en quejas sobre por qué no venían a tocar "Los Bitols", en vez de esos "Shauts". Y obvio que le dije que porque la mitad estaban muertos. Entonces, todo derivó en por qué no se juntan Paul y Ringo a tocar canciones y se ponen un nombre como "Los Amigos Bitols".
Además, podrían tocas canciones como:
"Me dejaron solo con este idiota"
"Sólo quedamos tú y yo"
"La vida es un caos"
"Extraño las drogas de los sesentas"
"Antes tenía pelo largo, ahora tengo arrugas"
"Los que estamos vivos"
"Ringo y yo"
"Paul y yo"
"Maldito ese Chapman"
Y otros grandes éxitos.

A la miércoles




Vamos a hacer un experimento científico mental invental.
                       Vamos a viajar toda la noche por la mente inconsciente interestelar de las palabras.

Son las diez, estoy sobria. Recién se me está yendo la euforia que me agarra cuando me junto con gente alegre.          Porque, como estaba pensando hace un rato, "la gente feliz y sabrosa, me pone feliz y sabrosa,


no como toda esa gente infeliz y sosa".


[[Y está bien que tenga esos pensamientos porque adentro de mi cabeza no podés juzgarme y decirme que está mal rimar así, como un niño]]

Cuando sea grande quiero ser un niño, un niño de verdad, con gorra y gomera, con figuritas y rodillas raspadas,

no como esos falsos niños gordos y viejos que nada más son infantiles cuando se emborrachan.
Así las palabras fluyen y caen como gotas de miel caliente en el moto.

Rico.
Rico.

En la escena de Blancanieves* en la que limpia la casa de los enanos hay tanto polvillo que me dio alergia. En tu cerebro emocional hay tanto polvillo que me da alergia... y un poco de lástima.
A veces.

¡¡Qué feo, Sofía!! ¿Cómo vas a decir eso?

La vida está llena de azar, ¿verdad?
¡Mentira!
Está todo fríamente calculado.
Por mí, obviamente.
Por ejemplo, el viernes estaba en Villa Elisa, de repente, en un centro cultural que yo nunca había escuchado nombrar pero que aparentemente ahora todo el mundo conoce. Y resulta que estaba directamente enfrente de mi casa de la infancia. Más específicamente de la puerta de la pieza donde crecí.
¿Casualidad? No, todo fríamente calculado.
El sábado, de repente estaba en un mierda y vimos movimiento en el Pasaje, así que entramos y había gatos en patines, media facultad y arte Madí.
¿Casualidad? No, todo fríamente calculado.
El domingo un poco que se repitió, de repente un déjà vu. Pero, por algún motivo que no podría especificar -no porque no lo conozca, por supuesto, sino porque no quiero especificarlo- la noche terminó cálida y extrañamente esperanzadora. Miedo.
¿Casualidad? No, todo fríamente calculado.
Y el lunes de pronto como quien no quiere la cosa estaba andando en ombligo por las calles de Buenos Aires, abrazada a un caramelito de esos que se conocen bailando, y al rato saltaba al ritmo de la percusión... como loca... sin saber dónde estaba parada.
¿Casualidad? Un poco, pero en el fondo estaba todo fríamente calculado.
Y ayer le dimos a la samba. Pero eso pasa todos los martes.

[Párrafo eliminado]

Por ahí me aburro cuando termino de escribir todo esto y empiezo a recortar palabras de una parte del texto y pegarlas en otro lado. Sería gracioso, un poco dadá... Y el que lo lea no va a entender nada hasta que llegue a esta parte. Sólo con sustantivos, si no no es gracioso.

Bueno en un rato sigo. Si total... ¿Qué taxi se hace un miércoles a la noche?

Hoy D. me dijo que es más lindo cuando estoy contenta (¡no que soy más linda, sino que es más lindo!). Aclaró. Y además que "nos damos cuenta".
Sí, ya sé, le dije, soy muy transparente. No como esa puerta, que está muy sucia.
Hay cosas que puedo ocultar, y fingir. Bien.
La fiesta no.
¡Qué gomada!
En fin. Sí, una paja, ya sé que es más lindo. Igual me duró poco, no te preocupes. Al rato ya estaba feliz.
Y llena de milanesas la panza**.

Comunicación-ción.
Yo comunico.
Tú comunicas.
Etcétera.
Ellos comunican.

Acción y efecto de dar señales de vida a otros seres humanos.
Ejemplo: "Comunicame esta".

O no, porque estar muerto seguro que también comunica algo.

Son las once. Y ya no estoy tan sobria. A ver, ese chiste tenía sentido si a las diez ponía "son las diez, estoy sobria". Pero no lo hice. Igual, en cualquier momento puedo subir y cambiar lo que escribí... en cualquier momento... ¡Ahora! Jajaja. Ni me vieron hacerlo, fue tan rápido.
¡QUÉ ENGAÑO! ¡QUÉ CHASCARRILLO!
Escribir es como ser amo del tiempo. Ay, el poder. Es re Tomb Rider, ahí al final cuando puede controlar el café. ¡Cómo amo esa película! Y me gusta que sea tan mala. Es más, es obvio que ahora la voy a poner a bajar y en veinte minutos la estoy viendo. En la próxima tristeza de disfraces me voy a disfrazar de Lara Croft. Pero de Angelina Jolie, eh, nada de boludeces, con la trenza y todo, que esa es la única parte en la que nos parecemos.
El otro día hice una obra de arte. Pero es secreta. Ni si quiera sabría cómo clasificarla.

Uy, ¡cómo me gusta tipear! Las teclas se sienten re naturales bajo mis dedos. Pero si hay algo que me encanta es estar a punto de errarle a las teclas y zafarla. O errarle y después corregir la palabra. Pero eso es porque me gusta corregir, por lo que incluso corregirme a mí misma me da placer. Lo que también me da mucho placer es la sensación de las palabras apareciendo en mi mente justo antes de escribirlas. Y es muy loco que a medida que voy escribiendo voy leyéndome en voz alta adentro de la cabeza las palabras, pero al ritmo que las es-cri-bo.
Toda una sarta de sensaciones.

Es bueno recordar, y recordarme a mí misma, que tengo galletitas, vainillas, dulce de leche, tiempo y -en caso de extrema gulación- fideos, para dentro de un rato.
Sólo quería recordármelo.
Vuelvo, luego.

Acabo de pasarme diez minutos intentando encontrar la opción en Blogger de cómo poner en la página principal un coso donde te dice cuándo se publicó cada entrada, como un archivo, un fichero. ¡Qué sé yo cómo se llama! No sé, no lo encontré. Voy a seguir buscando porque me va a volver loca.
Lo encontré. No te preocupes.

Che, esto es como un cuento re largo. Que no se termina más.
Hace ya años que estoy escribiendo acá. No para.
[Frase eliminada]

Y qué bajón cuando estuviste media hora postergando el hecho de levantarte a buscar un viaje al living. Y, finalmente, cuando te decidís y te levantás te acordás que no te quedan. Pero porque convidaste, no te preocupes que tanto no estás fumando. Y notá también que no te volviste loca o saliste corriendo a buscar un kiosko, sino que pacíficamente dijiste "bueno, no pasa nada, puedo sobrevivir... de todas formas puedo llenar el vacío con comida, o más faso".
Sos tan cómica a veces.


Ja. Ja. Ja.


Me pregunto por qué cuando estoy fumada tengo ganas de ver todas las películas pero al mismo tiempo ninguna. Me pasa desde siempre. Quiero ver todas, pero sé que no las voy a disfrutar mucho y me voy a quedar dormida. Típico.
Antes podría comer algo.
Y después sigo con eso que decía de ver una película y quedarme dormida.
Son las once y media, no sabía si estaba sobria o no hasta que levanté la mano para tocarme la oreja y se sintió rarísimo y como que no controlo tan bien los músculos.
Vuelvo en un toque eh.

Me duelen todos los músculos de la espalda. Mañana tengo que levantarme tempranito -y no me acordaba-.
Está todo muy bien. Está todo donde tiene que estar. Todas las piecitas se van apilando en una torre laaarga, laaarga. Hasta llegar hasta el cielo volando en pescado bizco.

Son las doce. El cigarrillo dura poco. Ya me hice un té, la estufa está al mango. Me saqué los pantalones y me metí en la cama. Traje las galletitas, obvio, y las vainillas. Café no tenía al final. Tengo pañuelitos por si me dan mocos, la computadora, el celular cerca, "porsilas...".
Estás jugando a la vida aburrida a ver qué se siente.