Cerebro comunal


Una vez se me ocurrió, hace poco, que sería divertido ir con una cámara por todas partes, y filmar un día de mi vida, capturar esas cosas tan graciosas. Pero mi mambo mental empieza a hablar:

Una parte de mí dice que no necesitarías filmar nada, que podría vivir y disfrutar esas cosas sin registro.
Otra parte de mí lo justifica como arte.
Otra dice que lo del arte es una boludez.
Otra dice que sí necesito registro, porque mi cerebro registra lo mismo que un pescado.
Otra parte dice "ya se volvió loca esta egocéntrica que quiere filmarse todo el día".
Otra parte trata de analizarme y piensa que quiero registrar mi vida para editarla, para sacar las partes que no me gustan, o para exhibirme (hola, blog).
Otra parte deja de pensar en lo copado que estaría, porque todas las opiniones la agotaron y escribe en el blog lo difícil que es tener una puta idea con tanta gente conviviendo en la cabeza.