El Camión Floreado



-Es la lógica -me decía-, no importa lo que pienses, ¡es la lógica!

Claro, él no sabe que yo me dedico más que nada a las ilogías, y no tanto a la lógica, pero tampoco quiero desilusionarlo. Quizá debería hacerme una tarjeta de presentación: "Sir Henry McPotus, ilógico". No, mejor "violador de lógicas", tiene más estilo. Es verdad eso de que los taxistas tienen una filosofía un tanto cabeza, como este que decía que era "la lógica" que el hombre mantuviera a la mujer, y que por eso su hijo tenía que estudiar derecho, y no teatro. Yo quise contradecirlo, hasta que me di cuenta que mi novio iba a tener que bajar a pagarme el taxi, pequeñas casualidades de la vida.

-Y, claro que él tiene que venir a pagarte el taxi, porque el hombre tiene que mantener a la mujer.

Había una vez, me encontré con el mejor taxista de todo el universo. Tan indignado porque los camioneros ganaran más que los médicos, que sostenía que todo el mundo, si quería vivir bien, tenía que aprender a manejar camiones.

-¿Vos qué estudiás? -me dijo.
-Mmm... historia del arte.
-Bueno, ahí tenés, te vas a cagar de hambre toda la vida.
-No, claro que no, voy a poner una panchería con mis colegas.
-No, vos lo que tenés que hacer es aprender a manejar un camión. ¿Qué estudiás? Arte... entonces le pintás toas flores de colores por afuera y enseñás arte mientras manejás el camión. Imponés una nueva moda, "el camión floreado".
-Es una buena idea, de hecho... ¿la patente está pendiente o...?
-Además, hay otra cosa, ¿vos sos mujer?

¿Es una pregunta o una aclaración? Creo que hoy se nota particularmente que soy una mujer.

-Vos como mujer, vas a tener un hombre que te mantenga. Por eso a mi hijo, que quería estudiar teatro, le dije "Si querés estudiar teatro, agarrás tus cosas, te vas de la casa, te conseguís un trabajo, y estudiás teatro. Te vas a cagar de hambre, ¡acostumbrate! Es la vida que vas a tener". Ahora estudia derecho, le va bien. Así, algún día va a poder mantener a su mujer, a una chica como vos, para que ella pueda hacer arte mientas él trabaja.

¡¿Qué carajo?!
...