Escuchando Morrissey

Él está tirado en el sillón, tocando la guitarra. En la casa de ella. Siempre va él a su casa. Ella nunca va a la de él "porque es muy lejos y tiene que tomarse dos micros", lo que es bastante injusto porque, en realidad, es la misma distancia.
Pero va él.
Sara da vueltas por la habitación, revolviendo cosas.
-¿Qué buscás?
-El teléfono. No lo encuentro por ningún lado.
Es una egoísta. No pierde ni dos minutos en ir a visitarlo. Supuestamente son amigos, pero lo único que hace ella es llamarlo para contarle los problemas que tiene con el novio y, de vez en cuando, garchan.
-¿Puedo usar tu teléfono para llamarme?
-Sí, agarrá -le dice él, sin dejar de jugar con la guitarra, señalando con la cabeza el teléfono azul que está en la mesita ratona.
Sara agarra el teléfono y empieza a buscarse entre los contactos. "Santi", "Santi casa", "Sarjfnl", "Súper Sara". Con un gesto de picardía, llama a "Súper Sara", sabiendo perfectamente que no es ella. Ella es, obviamente "Sarjfnl", un mamarracho. Pero no puede perder la increíble oportunidad de escucharle la voz a la otra, aquella de la que él no para de hablar.
Suena mi teléfono, es él.
-Hola.
Del otro lado, una voz de mujer. No entiendo.
-Hola, ¿quién es? -me preguntan.
-Sara...
-Ah... no, perdón, me confundí -me dice la voz desconocida-. Esperá que te paso.
Él la mira desconcertada, ¿con quién habla? Ella le ofrece el teléfono.
-¿Quién es? -le pregunta antes de aceptarlo.
-Tu novia -dice ella.
La mira con odio. Es tan maliciosa. Lo hizo a propósito.
-Hola.
-¿Cómo andás? -le pregunto.
-Hola... Súper, bien. Acá con la otra -dice, acuchillándola con la mirada.
-¿Qué andaban haciendo?
-¡Escuchando Morrissey!
-No entiendo.
-No importa. Después hablamos.
-Bueno, dale, chau.
Se sienta, agarra la guitarra de nuevo, y la mira a Sara, quien no le saca la mirada de encima, expectante.
-Sos una forra.
-No quería que se pusiera celosa porque estabas con otra chica.
-Sabés perfectamente que vos no sos "Súper Sara", y sabés perfectamente que le molesta mil veces más que alguien piense que somos novios a que esté con veinticinco minas. Igual no lo escuchó, creo...