Día que querés estar bien, el viento es cálido, hay colores bonitos, silencio, ruido, todo eso que te gusta.... Esbozás en tu cabeza una sonrisita, estás en paz, todo te resbala...
Y algún pelotudo te dice "Che... ¿vos estás bien? Tenés una cara de destruida...". Es inexplicable. Lo peor es que ahí sale el Yo-paranoico de adentro que dice "Si tenés cara de orto es por algo, estás tratando de convencerte de que estás contenta pero tu cara no se lo cree". Entonces, tu Yo-que-cuestiona le dice al Yo-paranoico "No necesariamente, puede simplemente haber un agotameinto físico no correspondiente con el bienestar mental". Entonces el Yo-Yo dice "Pero bue, ¿cómo le explico que estoy bien?... ¿Estoy bien? ¿Alguno sabe?". El Yo-optimista sale con su "Obvio que estás bien, tenes una glándula cerca del hígado que libera morfina en todo tu cuerpo cada quince minutos. O, por ahí, es porque tenés ascendente en Géminis. Una de dos, pero SIEMPRE ESTÁS BIEN". Mientras, el Yo-que-cuestiona habla de nuevo, diciendo "Sería irreal irse a un extremo tan irracional" y el Yo-hippie sale con que "La felcidad no tiene por qué no ser el estado natural, después de todo, para eso venimos al mundo". Mi Yo-reflexivo-empirista no para de convencerse de que no hay forma de que llegue a una conclusión. Y, mientras todo esto pasa en una milésima de segundo, cerca de treinta y cinco músculos de mi cara se contorsionan graciosamente para esbozar una sonrisa, mostrando mis dientes chiquititos, mientras digo "Callate, tarado, no ves que estoy re bien... Ando medio colgada, na' más".
Y algún pelotudo te dice "Che... ¿vos estás bien? Tenés una cara de destruida...". Es inexplicable. Lo peor es que ahí sale el Yo-paranoico de adentro que dice "Si tenés cara de orto es por algo, estás tratando de convencerte de que estás contenta pero tu cara no se lo cree". Entonces, tu Yo-que-cuestiona le dice al Yo-paranoico "No necesariamente, puede simplemente haber un agotameinto físico no correspondiente con el bienestar mental". Entonces el Yo-Yo dice "Pero bue, ¿cómo le explico que estoy bien?... ¿Estoy bien? ¿Alguno sabe?". El Yo-optimista sale con su "Obvio que estás bien, tenes una glándula cerca del hígado que libera morfina en todo tu cuerpo cada quince minutos. O, por ahí, es porque tenés ascendente en Géminis. Una de dos, pero SIEMPRE ESTÁS BIEN". Mientras, el Yo-que-cuestiona habla de nuevo, diciendo "Sería irreal irse a un extremo tan irracional" y el Yo-hippie sale con que "La felcidad no tiene por qué no ser el estado natural, después de todo, para eso venimos al mundo". Mi Yo-reflexivo-empirista no para de convencerse de que no hay forma de que llegue a una conclusión. Y, mientras todo esto pasa en una milésima de segundo, cerca de treinta y cinco músculos de mi cara se contorsionan graciosamente para esbozar una sonrisa, mostrando mis dientes chiquititos, mientras digo "Callate, tarado, no ves que estoy re bien... Ando medio colgada, na' más".